Biji Surinder Kaur sobre Sant Kirpal Singh

Extracto de un discurso 4.7.1999, St. Gilgen, traducido del Punjabi

Para reconocer la competencia del Maestro, debemos conocerLo a Él y Su camino. Es el habitante del verdadero hogar. Para poder utilizar todas las posibilidades del camino espiritual, tenemos que recibir el néctar interior de Él. ¿De quién lo recibimos? Sólo de Él que es competente. (…)

Este poder es único, nos llega en forma humana. Es el dador quien nos da la gracia. Mientras vive en el cuerpo físico, no tiene ni una sola mancha de algo mundano en Él. No tiene ninguna deficiencia. Su andar es como el del chakor (pájaro mítico), y Sus ojos brillan como los de un león. Así como uno no puede ver el paso del chakor, uno no puede darse cuenta de cómo es. Cuando estamos frente a Él, no podemos resistir Sus ojos, ya que brillan como los ojos de un león, y comenzamos a temblar debido a nuestra debilidad.

Aunque miles de personas traten de imitarLo, nadie puede ser como Él, porque nadie puede obtener el color que Él tiene dentro. Allí donde vive ese poder, Él es el dador de toda la gracia, libre y gratuitamente Él da Su misericordia a todas las almas. Así como el aire, la luz y el agua están disponibles para nosotros de forma gratuita, la enseñanza de los santos también se nos da sin que tengamos que pagarla.

Cuando Sant Kirpal Singh subió al podio para dar Satsang (discurso espiritual), todos se sintieron atraídos por Su radiación cuando vieron Su rostro. A través de Su radiación interior, Él unió las almas. Todos decían: «El Maestro sólo estaba mirando a nosotros».

¿Cuál es la belleza de un Maestro competente? Vive con modestia y completo equilibrio. Este Murshid (maestro espiritual) ha abierto la puerta interior y ha construido la casa de la verdad. Cuando el árbol está cargado de frutos, sus ramas se inclinan hacia nosotros, lo cual es su mayor bendición. De la misma manera, a través de Su Naam (el Verbo), el Murshid le da a Su discípulo el color de Su néctar. (…)

¿A quién se le puede llamar feliz? Quién es el compañero del Santo. Y este es también el mensaje de hoy para nosotros: Debemos estar unidos sólo con nuestro Señor, con nuestro Maestro, para que Él pueda dar Su gracia, pero no sólo a nosotros, sino a toda Su creación. Cuando dos o tres de nosotros estamos sentados juntos en Su nombre, Él está con nosotros para escuchar la voz de nuestro corazón. Sólo hay una manera de obtener la paz: sentarse bajo Su bandera, bajo Su paraguas protector y obtener Su color.