En el principio era el Verbo
El Dios Absoluto no tiene palabras, no tiene imágen ni nombre. Cuando se creó se Le llamó Palabra o Naam.
«Naam» es nada más y nada menos que la divinidad de Dios; uno puede llamarlo como quiera – el Espíritu Santo, el Consolador, etc. Es la primera manifestación de Dios, responsable de toda la creación. Es la forma original de Dios.
San Juan habla de ello así: «En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Lo mismo fue en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él no se hizo nada de lo que fue hecho. En Él estaba la vida; y la vida era la luz del hombre. Y la luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron».
En estas memorables palabras, San Juan ha tratado de darnos una idea de la maravillosa naturaleza de la Palabra o Naam, como también se le llama. Combina en ella el triple principio de la Creación, la Conservación y la Destrucción – la Trimurti de la mitología hindú de Brahma, Vishnu y Shiva – el Creador, el Preservador y el Destructor respectivamente, los tres reciben su fuerza motriz del Poder de Dios o Dios en Acción, Naam o Palabra.
Hazrat Moieen-ud-Din Chishti, en este contexto, dice, «El Nombre y el Nombrado son uno, la Luz del Nombre da testimonio de su gloria. Todo lo que es, es de y desde Naam, porque lo impregna todo.» Es el principio de vida de toda la creación. Aquel en quien este Verbo o Naam se personifica es llamado santo porque se dice que, «El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros». Tal persona ha alcanzado el summum bonum -el objetivo final de la vida y ha ganado El Dorado de la existencia humana. Para él no hay nada más que desear y aspirar.
Sant Kirpal Singh
Video «Creator and creation» (engl.):